miércoles, 25 de mayo de 2016

Reserva una plegaria - Valentina Vidal / Save A Prayer - Duran Duran

Sábado de resurrección entre amigas. La noche termina entre abrazos y botellas vacías. Llego a casa de madrugada, enciendo la TV. Me quedo dormida lo que queda de la noche en el sofá. Me despierto a las 6 am con el cuello roto y un recital en vivo de Duran Duran. Un Simon Le Bon entrado en una madurez envidiable canta Save a Prayer con la misma voz que tenía en los ochenta. Me voy a la cama y me desplomo, pero unos momentos después escucho ruidos. Estoy segura de que hay alguien dentro del departamento. Quiero levantarme pero no puedo y dentro de esa inmovilidad, puedo darme cuenta de que alguien entra en el dormitorio y se queda de pie junto a la cama. Veo su traje gris por el rabillo del ojo. Respira entrecortado. Me observa. Se queda quieto. Quisiera gritar pero estoy convencida de que lo mejor es hacerme la dormida aunque no tenga ningún sentido. Minutos que parecen décadas se vuelven espesos y confusos. La luz entra por la ventana y ahora es media mañana. De pronto puedo moverme y me levanto. La TV sigue encendida, ahora hay un programa de reportajes en el que los invitados se deslizan por un tobogán gelatinoso hasta llegar al entrevistador que lleva un traje gris.  Mira a la cámara. Mira a sus invitados. Respira entrecortado. Les pregunta acerca de la parálisis del sueño y si alguna vez la experimentaron. Apago el televisor, enciendo la radio. Suena otra vez Duran Duran con Last Chance on the Stairway y me doy cuenta de que hay tantas formas de resucitar como canciones de la banda desparramadas por los programas de videos clásicos del mundo,  pero que alguna de ellas será la última oportunidad. O no. Mientras tanto, me reservo una plegaria y resucito cuantas veces sea necesario.
Valentina Vidal


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